sábado, 6 de septiembre de 2008

Testimonios Eucarísticos

COMULGAR EN COMPAÑÍA DE MARÍA
Mi experiencia de Comunión es, para mí por supuesto, muy especial. Le pido a María, Mi Madre y la Madre del Santísimo Sacramento, que me acompañe a recibir a Jesús. Le pido a María que interceda para que mi corazón quede limpio, puro, santo para recibir a su Hijo como Él se merece. Y al recibirlo me lleno de gozo, siento que su presencia inunda todo mi ser, y disfruto mucho de la compañía del Señor.
Compartiendo con el grupo de estudio (martes a las 20:30 hs.) se nos ocurrió que como comunidad podemos dar pequeñas catequesis Eucarísticas antes de las Misas, para comunicar la gracia enorme de Cristo en el Santísimo Sacramento. Oremos por esta iniciativa. NORMA DEL MEDICO



¿MADRINA? GRACIAS, SEÑOR, POR MI AHIJADO!!!
Como mamá de tres hijos, en el crecimiento de los dos más grandes, me tocó participar de la catequesis Familiar y digo me tocó porque fue algo que si hubiera estado a mi alcance, yo no lo hubiera elegido. Fueron cuatro años en los cuales el Señor me fue hablando, amado, dando su verdad y en los cuales, de mi parte, no hubo respuesta positiva.
Pero llegó el momento de ejercer mi ser madrina, teniendo que acompañar a mi ahijado en la Catequesis. Y fue allí donde el Señor cautivó mi corazón y puso en mi interior un ardiente deseo de recibir la Comunión Sacramental. Deseaba con toda mi alma comulgar… fue así como llegué a la comunión y a tener hasta el día de hoy un amor especial a Jesús Eucaristía. Gracias a Dios, que me regalo un ahijado, para acercarme a Él. He recibido gracias muy especiales, sobre todo en el momento de la Consagración, hasta que comulgaba, sentía un fuego que inundaba todo mi ser, un fuego que quemaba mi corazón, y ese fuego desaparecía cuando Jesús me visitaba en la Eucaristía, Él me decía que estaba allí, que estaba para mí… (Este testimonio es para la gloria de Dios y para compartir con mis hermanos, ustedes, a quienes amo con el amor de Jesús) YOLANDA DE ARBALLO


LA OPCIÓN POR CRISTO ¿NOS CONVIENE?
Siempre quise tener una hora de adoración al Santísimo Sacramento, pero por varios motivos no la tenía. En el tiempo que Dios había preparado para mí, participando de una de las Misas que celebró el Padre Daniel (Misionero) en la Capilla San José, miré el cronograma de los Adoradores y encontré UNA VACANTE. Simplemente leí la palabra vacante, no me fijé ni el día ni lo hora, tomé un papel y puse inmediatamente mi nombre en ese lugar. No pensé si podría o no, sino que en mi corazón solo estaba el gozo de tener una hora para adorar a Jesús. (Jueves a las 14 hs.) Gracias a Dios tengo mi hora de adoración. Pero esto no es todo. En la semana me llamaron de una Escuela para un reemplazo, y era en ese horario, por lo que decididamente dije que no, rechacé el trabajo. Y el Señor, QUE NO SE DEJA GANAR EN GENEROSIDAD, me premió con algo más importante. En primer lugar con el crecimiento espiritual, sin dudas, y en segundo lugar con un INTERINATO en otra escuela. Mi reflexión es que Dios tiene un plan perfectísimo para cada uno, y que cuando tenemos problemas o las cosas no nos salen bien, es simplemente porque nosotros intentamos torcer el plan de Dios. Él es sabio. Y si nos invita a estar a sus pies, a mirarlo con amor, a adorarlo… es PORQUE ES LO MEJOR QUE PODEMOS HACER, ES LA PARTE QUE NO NOS SERÁ QUITADA. (Este testimonio es para la gloria de Dios y para compartir con mis hermanos, ustedes, a quienes amo con el amor de Jesús) GISELA PEREYRA.

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