sábado, 6 de septiembre de 2008

La Gracia de la GRACIA

Hermanos míos:
En esta loca decisión de amor, que es la santidad, hacia la cual nos dirigimos; tenemos y necesitamos encontrar motivaciones que nos alienten para seguir este camino. Por eso, hoy, quiero compartir con todos ustedes esta realidad, esta verdad de Fe con la cual cada uno de nosotros cuenta. Recuerden, por favor, que los quiero mucho, mucho, mucho. Y que pueden contar conmigo para lo que necesiten.
¿Saben Uds. Que Dios vive en nuestro interior? ¿Saben que Dios vive en tu corazón? Seguramente la respuesta será “SÍ”. SÍ, LO SABEMOS. SÍ, lo sé. Todos, muchos, los cristianos sabemos teóricamente que Dios vive en nosotros, que tenemos la vida de Dios en nuestra alma. Pero pocos la valoramos, pocos le prestamos atención, pocos nos detenemos a pensar, reflexionar y contemplar la grandeza de la vida de Dios en nuestro interior.
Dios es la vida del alma. Dios es la Gracia Santificante actuando en nosotros. La vida de Dios en un vaso de barro, nosotros. ¿Cómo darnos cuenta? ¿Cómo valorar esta Gracia? ¿Cómo no cuidarla? Otra duda que no me queda es que poco se cuida o se valora lo que no se conoce. A veces no es que no se conozca, sino que no se le da la importancia que merece. Todos conocemos el tema de la GRACIA SANTIFICANTE. Pero ¿Qué es la Gracia Santificante?
La gracia es la participación en la vida de Dios; nos introduce en la intimidad de la vida trinitaria. Con esto, simplemente con esto, podemos hacernos santos. Teniendo en nuestro pensamiento continuamente presente que por la Gracia estamos y somos introducidos a la vida Trinitaria ¡Dios Santísimo! Nosotros, simples criaturas compartiendo la vida de Dios. Animados por la misma vida de Dios.
La Gracia Santificante es el Don gratuito que Dios nos hace de su vida, infundida por el Espíritu Santo en nuestra alma para curarla del pecado y santificarla, haciéndonos hijos de Dios. La Gracia Santificante hace el alma sea capaz de conocer a Dios como El se conoce, de amarle como el se ama, de vivir su vida divina. La vida sobrenatural no tiene fin. La vida sobrenatural es la más perfecta, la única que importa. La vida sobrenatural comienza con el Bautismo. La vida sobrenatural está al alcance de todos. La Gracia Santificante purifica el alma, borra los pecados mortales y la pena eterna. La Gracia Santificante renueva el alma La belleza del alma en estado de Gracia participa de la infinita hermosura de Dios. La gracia santificante nos hace hijos de Dios. Dios tiene un sólo Hijo por naturaleza. Dios nos hace partícipes de su naturaleza y de su vida propia. Hijos de Dios, ¡qué dignidad! Pensemos con frecuencia que Dios, nuestro Padre, nos ama. Debemos abandonarnos a Dios.
Pensar en que la Gracia Santificante produce en nosotros tanta santidad, debe ayudarnos, motivarnos, alentarnos para ser santos. Es uno de los motivos más importantes para el camino de santidad, vivir en Gracia. Vivir con Dios en el interior, vivir en comunión con Él, preservar la amistad.
¿Cómo rechazar a Dios por el pecado? ¿Cómo elegir distinto de Dios? ¡¡¡Teniendo a Dios mismo en nosotros!!!!
Ojalá que este brevísimo pensamiento sobre la Gracia Santificante comience a animarnos en este camino emprendido hacia las cumbres de la santidad. El camino deja de ser empinado si pensamos que Dios está con nosotros, y no solo desde afuera, sino desde muy adentro. (Continuará…)Hna. Ivana

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escrito por Ivana Garramone