viernes, 23 de mayo de 2008


Dios... Dios... Dios...
Al mirarte pienso cuánto me amas;
cuánto amas a la humanidad; cuánto amas a los tuyos. Cuánto amor, no se puede expresar.
Como no lo podemos expresar nosotros, así tú, buscaste la forma de expresarlo. Lo dijiste de mil maneras, lo hiciste de mil formas... encontraste la más especial, única, inimaginable... quedarte presente bajo la apariencia de pan...
Dios Todopoderoso, cómo decir lo que la Eucaristía significa sin hablar de tu amor, de tu delicadeza, de tu ternura para con cada uno de nosotros. Dios presente, Dios vivo, tú mismo... JESUCRISTO... tu amor, tu vida, tu Ser completo.
Como darnos cuenta del alimento que repara nuestras fuerzas, como darnos cuenta de que comemos amor, recibimos amor, vemos amor.
Tu mirada dice: cómo se los hago comprender, verdad? es cierto, cómo y cuándo será el momento que el ser humano, que te come casi a diario, se de cuenta de la grandeza de lo que recibe en cada comunión.
OH Dios, qué inmenso amor, qué grande eres. Mejor es callar ante semejante Misterio, las palabras jamás podran expresar con acierto la grandeza de tu vida entregada como Pan para alimento del alma. Bendito y alabado seas en el Santísimo Sacramento del Altar.

Manos... Manos pecadoras y santas. Manos humanas que tienen el poder y la capacidad de mediar, bendecir, alimentar y hacer presente el Santísimo Sacramento.
Dios que se deja tocar, se entrega, se hace palapable a través de sus manos sacerdotales.
Bendito Dios, enséñanos a venerar las manos de nuestros sacerdotes, que te sostienen, te muestran y te aman.
Gracias, Señor, por tu presencia viva en medio nuestro y gracias por no tener en cuenta nuestros pecados sino la Fe de tu Iglesia.
Alabado sea por siempre el Santísimo Sacramento del Altar.

"Tanto Amor... Inmenso Amor... Locura de Amor... Ingenio.
Solo Dios es capaz de realizar tremendos prodigios para decirle a nuestro corazón que nos ama y que Él está dispuesto a hacerse pequeñísimo con tal de quedarse en Él. Solo Dios es capaz..."
Eucaristía, Milagro de Amor, Grito de Amor, anonadamiento por AMOR.
JESÚS NOS ENSEÑA A ORAR

* ¿Qué es orar?
Orar es hablar con Dios, expresarle con nuestras palabras sencillas y llenas de humildad lo que nuestro corazón quiere decirle. San Juan Damasceno decía que la oración es la elevación del alma hacia Dios.
La oración estuvo siempre presente en la predicación de Jesús y no solo en su predicación sino también en su vida. I queremos aprender a orar y darle la verdadera importancia que la oración tiene para nuestra vida debemos mirar a Jesús. Es Jesús nuestro modelo de oración y nuestro Maestro de oración.
Él siempre oró, en toda circunstancia, en todo momento estuvo en contacto con su Padre Dios. Él nos enseña que para conocer la Voluntad de Dios debemos conversar con Él, hablar con Él y escucharlo.

* Jesús ora:
LC.3, 21 ; LC.9, 28-29; LC.5, 16; LC.6, 12; LC.9, 18; LC.22, 32 ; MC.1, 35 ; MC.6, 46 ; MT.11, 25;
El Hijo de Dios hecho hombre también aprendió a orar conforme a su corazón de hombre. Lo aprende de su Madre, lo aprende en las palabras y en los ritos de la oración de su pueblo. Pero su oración es distinta, como lo deja ver a la edad de doce años cuando dice: “Yo debo estar en las cosas de Mi Padre” (LC.2, 49). En esto revela la plenitud de la oración: la oración de los hijos que hablan con su Padre.
Jesús siempre ora en los momentos decisivos de su misión y esta oración ante los acontecimientos de salvación que el Padre le pide que cumpla es una entrega, humilde y confiada, de su voluntad humana a la voluntad amorosa del Padre. Así nosotros, ante cada situación que nos toca vivir debemos hablar con nuestro Padre y someter nuestra voluntad a la suya.
Estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: “Maestro, enséñanos a orar” (LC.11, 1). Contemplando al Maestro en oración, el discípulo desea orar.
Con el hecho de su oración, Jesús nos enseña a orar.


* EL HOMBRE DEBE ORAR:
“La oración es el acto propio de la criatura racional, es decir, quien no ora no es plenamente hombre” (Sto. Tomás).
La oración es el reconocimiento de nuestro ser creación, de nuestros límites y de nuestra dependencia: Venimos de Dios, Somos de Dios, Retornamos a Dios. Es reconocernos necesitados de Dios. Por lo tanto no podemos menos que abandonarnos en nuestro creador y Señor con plena confianza.
Ante todo, la oración, es un acto de inteligencia, un sentimiento de humildad y reconocimiento, una actitud de confianza y de abandono en aquel que nos ha dado la vida por amor.
Es un diálogo de corazón a corazón en el que interviene toda el alma, la inteligencia, la imaginación, la memoria y la voluntad. Es estar a solas con quien sabemos que nos ama.
Así como Jesús mantuvo un diálogo continuo con su Padre, para pedir, para alabar, para dar gracias, en toda circunstancia.
Es acercarnos a Dios como somos, presentarnos ante Él con todas nuestras limitaciones, dificultades, miserias, amor y virtudes y dirigirnos a El como a un amigo, con la seguridad de que su atención está puesta en nosotros. Él nos escucha, está atento a nuestras palabras.
Dios espera tener esa comunicación con nosotros.

* EL HOMBRE NECESITA ORAR
*Como Jesús, también nosotros debemos tratar con el Padre, con confianza y corazón abierto, nuestros problemas, proyectos, trabajos, porque Dios no acostumbra a hablar al alma que no le habla.
*Es necesario orar porque la oración nos conduce a la santidad, porque a través de ella conseguimos los bienes espirituales, la salvación.
*La oración es el cimiento del cristiano, le da firmeza y solidez a la fe. Es un medio poderoso para vencer las luchas interiores: “Si alguien está afligido, que ore. Si está alegre, que cante salmos. Si está enfermo que llame a los presbíteros de la Iglesia para que oren” (Sant.5, 13-14).
*“Con la oración somos poderosos, dueños del querer de Dios” (Sto. Cura de Ars), porque cuando oramos estamos unidos a nuestro Señor Jesucristo que ora por nosotros, ora en nosotros y al mismo tiempo es a Él a quien dirigimos nuestra oración:
*-Ora por nosotros como sacerdote nuestro
*-Ora en nosotros como cabeza nuestra
*-Recibe nuestra oración como nuestro Dios
*No nos extrañe que el demonio haga todo lo posible para hacernos dejar la oración, porque sabe mejor que nosotros, cuan temible es ella al infierno.
*Quien ora no se dejará vencer por las tentaciones del demonio, al contrario tendrá luz para discernir lo que es de DIOS, lo Dios le agrada, lo que Dios quiere.
La Oración es nuestra fortaleza, porque en ella nos encontramos con Dios y con su amor, su misericordia, sus gracias y su voluntad.

* ¿CÓMO ORAR?
Orar es estar con el Señor, pensar en quien tenemos delante, con quien estamos y a quien hablamos.
Orar no es un arte, es recogerse con él y dejarse enamorar y acostumbrarse a su presencia, porque Él nos persigue amorosamente (Ap.3, 20) “He aquí que estoy a la puerta y llamo...”
Es hablar con Él sin usar oraciones aprendidas sino con palabras simples y que expresen con sencillez lo que queremos decir, lo importante es ponerse en su presencia, no importa el lugar porque Dios está de modo inefable en nuestra alma en gracia, pero así como para tratar temas importantes necesitamos un lugar, organización, horario, temario, así también en la oración, para intimar más con el Señor, necesitamos estar menos expuestos a distracciones, “Retírate a tu habitación... (MT.6, 6) y también aprender a callar para escucharlo.
En tu momento de adoración, es el momento oportuno y provechoso para orar, para hablar con el Señor ya que lo tienes cara a cara, Él está allí presente para vos, escuchándote, esperando que le hables como Señor y amigo. ¿Cuántas veces hablas demasiado en tu adoración? ¿Cuántas veces hablas con los demás y no con el Señor? Así como hay palabras para mal gastar el tiempo tantas veces conversando cosas sin sentido, mejor es hablar con el Señor que nos bendice y nos ama.
No es necesario que seamos doctores en letras o que tengamos un curso de oratoria para hablar con Jesús, al contrario, cuanto más sencilla sea tu oración más te acercarás al Señor, entablando con Él un charla de amistad y confianza. No es excusa válida decir “yo no sé orar”, acaso ¿no sabes hablar?

* ¿Cómo debemos disponernos para orar según lo que Jesús nos enseña?Estar en gracia de Dios. Si un pecador no quiere salir del pecado, la oración es un insulto a Dios (MC.11, 25). Nuestro corazón debe estar verdaderamente limpio para hablar con el Señor, sobre todo para poder recibir sus gracias. Imaginemos que entre Dios y nosotros hay un canal por donde debe pasar nuestra oración y la respuesta de Dios. El pecado obstruye ese canal, lo tapa, no permite que nada pase por Él, por lo tanto, ni nuestra oración llegará a Dios ni podremos recibir sus gracias. Por eso, y sobre todo, para adorar a Jesús nuestro Corazón debe estar en gracia de Dios, es decir sin pecado mortal. Aunque Dios ama al pecador, también Él quiere que los pecadores vuelvan a Él, que se alejen del pecado. Y nadie que se encuentra verdaderamente con el Señor permanece presa del pecado y quien ora a Dios se mantiene firme en su Gracia. Si nuestro corazón no está en amistad con Dios no podremos recibir todo lo que Dios tiene para regalarnos, estamos lejos de Él. Y no podemos decir en nuestra oración que amamos a Dios si estamos en pecado, porque si de verdad lo amamos cumplimos sus mandamientos. Dios nos ama y quiere lo mejor para cada uno.
* Conversión del corazón: reconciliarnos con el hermano antes de presentar una ofrenda en el Altar (MT.5, 23-24), amar a nuestros enemigos y orar por ellos (MT.5, 44-45), perdonar de corazón (MT.6, 14-15)
* Prepararse, pensar en Dios, considerar con quien vamos a hablar. Es necesario el silencio interior.
* Confiada (MC.11, 23-24)
* Humilde (LC.18, 9-14). Solamente el que se humilla delante de Dios será escuchado, es necesario dejar la vanagloria para orar.
* Respetuosa: posición, palabras, tono, nacida del amor verdadero
* Recta, en lo que pedimos
* Perseverante (LC.11, 5-8) (LC.18, 1-8)
* Devota, sin muchas palabras. Mejor el silencio que el ruido de nuestras muchas palabras. (MT.6, 7)
* Discreta (MT.6, 7-8) en privado, íntimamente.
Jesús nos instruye para que oremos con un corazón purificado, una fe viva y perseverante y con audacia.

* ¿ORACIÓN O REZO?
Rezo: repetición de formas ya establecidas e impersonales. Son las oraciones que aprendemos de memoria. Por ejemplo: el Credo, Ave María, Gloria, etc.
Orar: hablar espontánea y libremente con Dios, dialogar con Él. Es la expresión de nuestra alma.
La oración es el diálogo íntimo y directo con Dios.

Para trabajar: En San Lucas encontramos tres parábolas sobre la oración:
El amigo inoportuno LC.11, 5-13; La viuda inoportuna LC.18, 1-8; El fariseo y el publicano LC.18, 9-14
MENSAJE CENTRAL DE LA PALABRA DE DIOS: Cristo

Siguiendo con nuestra formación y buscando con ella un mayor provecho en las meditaciones; podemos ver que toda la Palabra de Dios es una gran preparación para el misterio de salvación, es una gran preparación para que Cristo sea reconocido como el Salvador y Mesías anunciado.
Lo que exponemos a continuación son verdades de Jesucristo que aparecen en las Escrituras, tanto en el Antiguo Testamento como símbolo, como en el Nuevo como cumplimiento de lo escrito.
Recordemos que, aunque no es un curso intensivo de Biblia, todo lo que podamos aprender nos servirá para nuestras meditaciones y sobre todo para descubrir a Dios, vivo y presente en su PALABRA y vivo y presente en la EUCARISTÍA. Si logramos encontrarle gusto a nuestras meditaciones, sin dudas, nuestra adoración será a la medida de Dios.

JESÚS EN LA PALABRA DE DIOS

* Desde el principio Dios promete un Salvador. En Gn. 5, 15 encontramos lo que llamamos: PROTOEVANGELIO, es decir, el primer anuncio de la Buena Noticia de la salvación.
* Nuevo Adán (Rom.5, 12-21)
* Palabra (Jn.1, 1-18)
* Principio de todas las cosas (Col.1, 15-20)
* Misterio de salvación (Ef.1, 3-14)
* Señor (Filp.2, 5-11)
* Venido a la tierra: Gn.12, 3; 28, 18; 26, 4; 26, 14
* Origen: Zac.12, 8; Gn.49, 10-11; 2Sam.7, 12-16
* Concepción Divina: Ex.40, 34-38
* Lugar—Belén: Mq.5, 1-5; Zac.2, 8-16
* Dignidad Divina: Is.9, 1-16
* Madre Virgen: Is.7, 14
* Adoración de los Magos: Is.6, 3; 60, 6; Jer.6, 20; 31, 15
* Huida de Egipto: Os.11, 1
* Precursor: El Bautista: Mal.3, 23-24; Ecl.48, 10-11; Is.40, 3
* Anuncio a los pobres: Is.61, 1-2; Zac.9, 9-10
* Rey de paz: Zac.9, 10
* Sacrificio Eucarístico: Zac.9, 15-17; Mal. 1, 11
* Entrada a Jerusalén: Zac.9, 9
* Traición del amigo: Sal.41, 10
* Conspiración: Sal.2, 2
* Precio de la traición: Zac.11, 12-13; Jer.32, 6-15
* Abandono de los discípulos: Zac.13, 7
* Sufrimientos: Sal.22, 7; Is.42, 49; 50; 14
* Sufrimientos- Calvario: Sal.3, 3; 22; 69, 22; Zac.13, 7
* Herida del costado: Zac.12, 10
* Resurrección: Sal.16, 10; 110; 2Sam.7, 12
* Espíritu Santo: Jol.3, 1-5; Ez.11, 19-20; Is.44, 1-3
* Rey: Zac.9, 9; Sal.2, 6; 110
* Profeta: Deut.18, 15
* Sacerdote: Sal.110; Zac.6, 13
* Salvador: Is.33, 4-6; Jol.1, 29
* Triunfo: Sal.22, 28-32; Is.52, 13
* Dios: Sal.2, 2-7; 110

FIGURAS MESIÁNICAS

ð Abel: Figura de Cristo matado por su hermano
ð José: Vendido por sus hermanos
ð Moisés: Conductor del pueblo, mediador
ð Josué: Salvador
ð Jeremías: Despreciado, incomprendido
ð Isaac: Pronto para el sacrificio
ð Melquisedec: Sacerdote
ð Jonás: Tres días en el vientre del pez
ð Cordero Pascual: cordero sacrificado
ð Chivo expiatorio: llevó sobre Él los pecados de todos
ð Maná: pan de vida
ð Nube luminosa, columna de fuego: luz que guía

Estos datos nos ayudan a ver que Cristo siempre estuvo presente en las Escrituras, especialmente en el antiguo Testamento, donde fue anunciado y prefigurado. Con su nacimiento inaugura el Nuevo Testamento y cumple todo lo escrito acerca de Él. Es recomendable que busquemos las citas bíblicas y veamos de qué modo la Iglesia ve en cada una prefiguración de Cristo.
Vamos a ver ahora algunos métodos para la meditación de las Sagradas Escrituras.


¿Cómo leer la Biblia?

Orar: La Biblia no es un libro de historia, ni de ciencia-ficción, ni de preguntas y respuestas. Como Palabra de Dios que es, es necesario leerla en oración, pidiéndole al Señor que ilumine nuestra inteligencia para comprender lo que quiere decirnos.
Leer despacio: sin apurarse, sin leer demasiado, sin preocuparse por la cantidad que se lee, sino preocuparse por entender, aceptar y vivir el mensaje leído. Lo que se aprovecha no es leer muchas páginas a la vez sino pensar en lo que se lee.
Leer con humildad: No para vanagloria, sino para amar más a Dios.
No buscando ciencia sino un mensaje espiritual: La Santa Biblia no tiene respuestas científicas, es un Libro Espiritual que nos enseña qué le gusta y que le disgusta a Dios, y qué debemos hacer para ser sus amigos.
Leer todos los días: porque el enemigo del alma es astuto y cada día pondrá alguna excusa para no leer, por ejemplo: “ estoy cansado”, “no tengo ganas”, etc. Y así pasan los días y al final del año no habremos leído nada y nos quedaremos sin aumentar nuestro amor a Dios y al prójimo y sin romper con nuestros pecados y sin progresar en la vida espiritual.
Meditar: a la luz del Espíritu Santo descubrir qué es lo que Dios me está diciendo en este pasaje bíblico. Si no le sacamos provecho a la lectura de la Biblia, entonces, solo estaremos leyendo a modo de información.
MÉTODOS QUE PODEMOS UTILIZAR PARA LEER TODA LA BIBLIA
& Plan para una lectura total de la Biblia en el transcurso de tres años, leyendo un promedio aproximado de ocho capítulos por semana.
AÑO I: Marcos, Mateo, Lucas, Hechos, I y II Tesalonicenses, Filipenses, Filemón, I y II Corintios, Gálatas, Romanos, Santiago, I Pedro, Juan, I-II y III Juan, Hebreos, Efesios, Colosenses, I y II Timoteo, Tito, Judas, II Pedro, Apocalipsis, Génesis, Éxodo, Levítico, Números.
AÑO II: Josué, Jueces, I y II Samuel, I Reyes, II Reyes, Proverbios, Amós, Oseas, Miqueas, Isaías I-39, Habacuc, Safonías, Nahum, II Reyes 18-21, Deuteronomio, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel
AÑO III: Isaías 40-55, I y II Crónicas, Esdras, Nehemías, Ageo, Zacarías 1-8, Jonás, Rut, Isaías 56-66, Job, Eclesiastés, Cantar, Zacarías 9-14, Ester, Malaquías, Joel, Abdías, Judit, Tobías, Baruc, I y II Macabeos, Daniel, Eclesiástico, Sabiduría.El libro de los Salmos se lee a lo largo de los tres años.
& Litúrgico
Leer la Palabra indicada por la Iglesia para cada día, en tres años leemos la Biblia, según el orden de la Historia de la Salvación.

& Cristologico
1. Comenzar por los Evangelios
2. Hechos de los Apóstoles
3. Cartas Paulinas en el orden presentado por la Biblia
4. Cartas católicas
5. Apocalipsis
6. Los Profetas, según el orden de la Biblia
7. Libros históricos
8. El Pentateuco, es decir los cinco primeros Libros de la Biblia
9. Libros Sapienciales
Solamente después de haber leído en este orden puedes leerla de principio a fin

¿CÓMO SACAR PROVECHO DEL PASAJE BIBLICO?
LECTURA: lenta, pensando en lo que estoy leyendo
ENTRAR EN EL TEXTO: con la imaginación represento mentalmente la escena que acabo de leer
IDENTIFICARME: con un personaje, una frase, una palabra que resonó en Mi interior. Buscar el por qué, cómo...
PROPÓSITO: de la enseñanza recibida saco un propósito concreto que me ayude a estar unido a Jesús, que ilumine Mi jornada.

a El Secreto para ser fiel
En la mañana: “Sin Palabra, no hay desayuno”
En la noche: “Sin Palabra, no hay cama”

Hermanos Adoradores: con todo esto creemos que Dios nos ha dado la gracia de poder comprender y meditar su Palabra. Que tu adoración esté llena de amor y fervor, y tu corazón abierto y deseoso de escuchar a Dios y vivir sus enseñanzas.
Póstrate ante el Señor y dale gracias por tanto amor, por estar presente para ti en este momento, por elegirte para que lo adores y por enseñarte a ser verdadero cristiano con su Palabra.
Que tu tiempo no pase solamente, sino que tu tiempo tenga un dueño, el único dueño verdadero del tiempo que es el Señor y sobre todo, que tu corazón se enamore más y más de Él.
Alabado sea el Santísimo Sacramento del ALTAR.
LA PALABRA DE DIOS

Es bueno y provechoso que sigamos conociendo lo que la Iglesia enseña acerca de la Palabra de Dios. Ya hemos visto acerca de los Evangelios, que es la parte de la Sagrada Biblia que nos acerca a nuestro Salvador y Redentor, Jesucristo. Ahora vamos a ver acerca de la Palabra de Dios en su totalidad. Aunque bien sabemos que no es un curso extensivo de Biblia, pero si nos puede aclarar muchas cosas que a veces pueden confundir nuestras meditaciones. Dios está presente en su Palabra porque es todo lo que Él quiere decirnos y mostrarnos de su infinito amor por nosotros. Por eso, la Santa Biblia para nosotros no es un simple libro, sino la Palabra de Dios, Palabra viva y eficaz, Palabra Verdadera y Luz de nuestros pasos para alcanzar la vida eterna.

& ¿Qué significa la Palabra Biblia?
Biblia es una palabra griega que significa Libros. Hoy Biblia significa libro santo.

& ¿Quién es el autor de la Biblia?
El autor de la Biblia es Dios mismo. Dios ha inspirado a los autores humanos (los cuales reciben el nombre de HAGIOGRAFO) de los Libros Sagrados. En la composición de los Libros Sagrados, Dios se valió de hombres elegidos, que usaban todas sus facultades y talentos, los cuales pusieron por escrito todo y solo lo que Dios quería revelarnos. En la Sagrada Escritura Dios habla al hombre a la manera de los hombres. Por tanto para interpretar bien las Escrituras, es necesario que estemos bien atentos a lo que los autores sagrados quisieron verdaderamente afirmar con lo que han escrito, y a lo que Dios quiso manifestarnos mediante sus palabras, ya que su manera de expresarse, su lenguaje no fueron cambiados, sino usados por Dios para poner por escrito lo que Él quería decirnos. Por eso, necesitamos la Luz del Espíritu Santo y las enseñanzas de la Iglesia para interpretar debida y provechosamente la Palabra de Dios. Por ejemplo: Ex. 15, 1-21. El canto de Moisés. Si lo leemos como una simple información, podemos desembocar en que Dios es un Dios sádico, un Dios que para salvar a unos no mide la muerte de los otros, al contrario los hace polvo… Hay expresiones que hasta pueden impresionarnos, como por ejemplo: “se hundieron como plomo en las aguas formidables…”…”derribas a tus adversarios, desatas tu furor, que los consume como paja…”
Estas expresiones quieren poner a la vista de todos, el gran poder de Dios, las obras que Él hace por su pueblo. Es el lenguaje del momento. Si nos ponemos a ver estos párrafos a la luz de nuestra vida, en muchas circunstancias somos los adversarios de DIOS, sobre todo en el pecado, y hasta ahora no nos ha arrojado al mar para que nos hundiéramos como plomo ni nos ha alcanzado su furor para que nos consuma como paja. Es decir, una cosa es lo que la Biblia dice y otra lo que ella enseña.
Otro ejemplo puede ser el relato de la creación, donde lo esencial no es en cuantos días se creó el mundo sino que Dios es el Creador, etc.
En la Sagrada Escritura Dios habla al hombre a la manera de los hombres.
Podemos pensar que si los autores sagrados hubieran sido argentinos, habría muchas expresiones nuestras que otros no entenderían, tal vez refranes o el “che” que usamos a menudo.

¿Cómo se divide la santa Biblia?
Como su nombre lo indica la Biblia es una biblioteca, contiene 73 libros en total, esta lista integral es llamada canon de las escrituras. Este CANON fue confeccionado por La Iglesia, ella ha sido la encargada de discernir qué escritos constituyen la lista de los Libros Santos. Se divide en Antiguo Testamento (46 libros) y Nuevo Testamento (27 Libros). Estos Libros están divididos en capítulos, representados por un número grande y a su vez se dividen en versículos representados por números pequeños.

El Antiguo Testamento ¿Es Palabra de Dios para los Cristianos?
Sí. Es una parte de la Sagrada Escritura de la que no se puede prescindir. Sus Libros son divinamente inspirados. En todo el Antiguo Testamento vemos como Dios “educa” a su pueblo y lo guía hacia el momento clave de toda la historia que es la venida del Salvador. Desde sus orígenes, la Iglesia afirma que solo desde Cristo se puede entender el Antiguo Testamento. Jesús da su pleno significado a toda la historia del pueblo de Dios. El Antiguo Testamento prepara el Nuevo, mientras que el Nuevo da cumplimiento al Antiguo; los dos se esclarecen mutuamente; los dos son verdadera Palabra de Dios.
El fin principal de todo lo que Dios revela en el Antiguo testamento, es preparar la venida de Cristo y aunque contiene elementos imperfectos y pasajeros, los libros del Antiguo Testamento. dan testimonio de toda la divina enseñanza del amor salvífico de Dios. Contienen enseñanzas sublimes sobre Dios y una sabiduría salvadora acerca del hombre, encierran tesoros de oración y esconden el misterio de nuestra salvación.
La Biblia cuenta con distintos GÉNEROS LITERARIO: Conocemos como Géneros Literarios a la manera de expresarse el autor del Libro. Estos son:
Ø Histórico: narra la historia del pueblo elegido. Siempre hay un mensaje que Dios quiere anunciarnos a través de estos hechos. Por ejemplo: Pentateuco (es decir: los cinco primeros Libros de la Biblia), los Profetas. Israel descubrió la presencia de Dios interpretando los acontecimientos de la historia. Descubrió esa Palabra de Dios que interpela y le dice: “YO TE AMO”. Por eso la Biblia no es un libro científico ni es una historia según nuestros criterios, es una historia Sagrada, donde los autores, tomando hechos de su vida y movidos por el Espíritu Santo escribieron para nuestra edificación.
Ø Poético: Algunos Libros son poemas. Poesías (Salmos, Cantar de los Cantares) estos son poesía lírica. También hay Libros que son poesía didáctica, de enseñanza como por ejemplo el Libro de la Sabiduría, los Proverbios. Ellos contienen enseñanzas y se presenta en forma de sentencia. Ej: “Adquirir sabiduría vale más que el oro fino, adquirir inteligencia es preferible a la plata” (Prov.16, 16)
Ø Legal: son Libros de prescripciones, órdenes, preceptos dados por Dios. (Levítico, Números, Deuteronomio) allí se narra todo lo que Dios le iba ordenando a su pueblo, son libros llenos de datos y detalles para la vida del pueblo de Dios. Allí se encuentran los diez mandamientos de la Ley de Dios.
Ø Profético: contiene datos sobre los profetas, sobre el ambiente que lo rodea y al cual es enviado a hablar en nombre de Dios y el ORÁCULO (es decir: lo que Dios quería decir por medio de ellos) que es lo verdaderamente profético y tiene la característica de ser oscuro, también para el profeta. Muchas veces no comprendidos por el lenguaje, por las expresiones y por las cosas que tenían que hacer según Dios les mandaba, sobre todo pidiendo al pueblo la conversión, la vuelta a Dios, el alejamiento de los ídolos.
Ø Apocalíptico: contiene visiones extraordinarias (Apocalipsis, Daniel, Ezequiel). También es un lenguaje lleno de descripciones pero poco entendible, sin embargo lleno d enseñanzas y esperanzas.

Teniendo en cuenta estos géneros literarios podemos decir que “una cosa es lo que la Biblia dice y otra cosa es lo que la Biblia enseña”. De esto se desglosa que la Santa Biblia tiene dos sentidos: el sentido literal y el sentido espiritual de toda la Escritura.
Ø ¿Qué es el sentido literal de la Escritura?
Es el sentido significado por las palabras de las escrituras, es decir lo que se lee sin interpretar. Es lo que entendemos literalmente, así como está escrito, sin cambios y sin interpretaciones.
Ø ¿Qué es el sentido espiritual de la Escritura?
Gracias a la unidad del designio de Dios, no solamente el texto de la Escritura, sino también las realidades y los acontecimientos de los que habla, pueden ser signos para nosotros. Es lo que Dios quiere decirnos a través de los acontecimientos. . El sentido espiritual está subdividido en:
Ø Alegórico: esto quiere decir que hay símbolos, figuras que podemos comprender más profundamente si los vemos desde Cristo, que es el cumplimiento de todo lo que de Él se dice en el Antiguo Testamento. Por Ej: El paso del mar rojo es signo de la victoria de Cristo y por ello del Bautismo (1Cor.10, 2).
Ø Moral: los acontecimientos narrados pueden conducirnos a un obrar justo. “Fueron escritos para nuestra instrucción” (1Cor.10, 11).
Ø Anagógico: podemos ver realidades y acontecimientos en su significación eterna, que nos conduce hacia nuestra patria. Así, la Iglesia en la tierra es signo de la Jerusalén celeste. (Ap.21, 1).

Hermanos Adoradores:
Dios ha querido hablarnos de muchas maneras, ha dejado por escrito todo lo que de Él debemos conocer. Pero Dios también nos ha hablado de una manera especial y claramente, de una vez por todas, en Cristo Jesús, su Hijo verdadero, su Enviado, nuestro Salvador.
Jesús es el Verbo de Dios, la Palabra de Dios hecha carne, hecha hombre para que los hombres podamos acercarnos a Dios, para que podamos entender sus enseñanzas, para que podamos vivir como hijos de Dios.
Esta Palabra hecha carne está frente a nosotros en la Eucaristía, Aquel que une el Antiguo Testamento con el Nuevo, Aquel de quien hablaron los profetas, Aquel que es el mensaje central de toda la Santa Biblia, está vivo y presente en el Santísimo SACRAMENTO.
Adorémoslo y meditemos sus enseñanzas para que nuestra vida sea un canto de alabanza y gratitud por su gran amor y por todo lo que Él hace por nosotros. Que nuestra adoración sea verdadera, fervorosa y en Espíritu para que Dios sea verdaderamente adorado. O te distraigas con cosas que no tienen sentido, medita las Sagradas Escrituras y glorifica a Dios con tu santidad, santidad que aprendes de tu lectura fervorosa de la Palabra de Dios.
María, la Hija de Dios.
Ella nos muestra el verdadero ser hijos de Dios. Con su pureza, obediencia, sumisión, docilidad y sobre todas las cosas la sencillez y humildad características; muy propias de ella, nos va indicando el camino de una verdadera vida filial con Dios.
Como hija de Dios, María, en primer lugar nos deja ver en su actuar cotidiano; actuar que nace de mi imaginación, la relación íntima de hija a Padre y de Padre a Hija.
Deseo expresar algunas referencias de mi imaginación acerca de la relación de María con Dios. Me la imagino totalmente feliz de encontrarse con su Padre ¿dónde? En la ORACIÓN ¿Cuándo? SIEMPRE ¿Por qué? Porque consideraba una NECESARIA OBLIGACIÓN DE AMOR ir al encuentro con su Padre.
Como cada uno de nosotros, que tenemos esa urgencia o necesidad de ver a nuestros padres, o al menos así debería ser; todos los días si es posible. O algún llamadito por teléfono, o una carta si estamos lejos, o un e-mail en este tiempo. Nos tenemos que comunicar, no los tenemos que sentir lejos, tenemos esa necesidad de sentirnos partes de nuestros padres y que ellos se sientan parte nuestra. Tenemos la inquietud de hacerlos sentir bien, de que nos ocupamos de ellos, que estamos atentos a sus necesidades. Y muchas veces, ya crecidos los hijos, necesitamos recibir sus consejos, sus opiniones.
Muchas veces los extrañamos y queremos tenerlos cerca y eso nos motiva a comunicarnos con nuestros padres de alguna manera, vamos viendo la forma de acercarnos aún a pesar de la lejanía. Muchas veces planeamos las vacaciones para estar y compartir con nuestros padres después de un largo tiempo sin verlos.
Es decir, nuestros padres son parte esencial de nuestra vida, autores de nuestra existencia, merecedores de nuestra atención.
Hecha esta referencia, entonces, me imagino María con esta relación con su Padre Dios. Relación que la lleva a discernir y conocer muy bien la voluntad de su Padre. Como quien dice “te conozco, conozco tus gustos” así María conoce la voluntad de Dios.
Al ir al encuentro de Dios su Padre se deja enseñar por Él, seguramente le pediría consejos para actuar como a Él le agrada. Seguramente no hubo ni habrá mujer más obsequiosa con su Padre celestial que María Santísima, su vida un regalo para Dios, todo en ella le pertenecía y le pertenece.
De esa relación Padre-Hija nace la prontitud en reconocer las cosas de Dios, la llamada de Dios y la sencillez en la respuesta. Ella tiene la certeza, más que nadie, de que Dios no nos pedirá nada que no podamos hacer y que todo lo que pide es porque Él lo hará. Y su prontitud en la respuesta es su cualidad mayor, su sencillez. Simplemente dice sí, porque su sí es para su Padre y un Padre nunca pide cosas malas a sus hijos ¿habrá entonces motivos para poner resistencia al pedido del Padre? Absolutamente no.
Es digno de imaginar la felicidad, el gozo interior que la desborda, como lo dice en el Magníficat, el hecho de poder encontrarse con su Padre. Porque no se me ocurre imaginar que el Magníficat es un canto que lo hace en ese momento porque como decimos “le cayó la ficha”… A María Santísima la ficha le cayó, si es que vale la expresión, desde siempre. Porque su gozo, su proclamación de la grandeza del Señor, el alma elevada a Dios y todo lo que dice en su canto no es que lo pensó en ese momento o que le produjo decirlo porque Isabel la elogió. No. María siempre, siempre proclamó la grandeza del Señor. Con su existencia proclamó y proclama la grandeza del Señor y su espíritu se alegró y se alegra en Dios, su Salvador.
Es por esto que, si miramos a María, podemos aprender en su escuela a ser buenos Hijos de Dios.
Siempre deseamos que hayan escuelas para padres, escuela para conductores, escuela para teatro, escuela para idiomas, escuelas… etc.… y tenemos una maravillosa escuela para ser hijos de Dios a la cual no concurrimos, ni miramos, ni advertimos muchas veces.
Si queremos ser buenos hijos, miremos a la Hija.
Y la sencillez con la que se acerca al Padre: nada de palabras rebuscadas, nada de tiempos medidos, nada de propuestas tontas o pretenciosas, nada de imposiciones o cuestionamientos, nada de dudas o desconfianzas. María se acerca a Dios realmente como lo que Él es, un Padre. Y ella se acerca también como lo que es, la Hija. Así de sencillo. Así como es ella.

María, como hija nos enseña a tener una relación personal con el Padre; Ella nos muestra cuánta comunión puede haber entre la criatura con su creador; de los hijos con su Padre.
Con su relación filial nos dice que nuestra vida debe ser totalmente filial, que nuestra relación con Dios no debe ser como con un jefe o un ser extraterrestre que nada tiene que ver con nosotros, sino de un ser que nos ama y está a nuestro lado todos los días de nuestra vida, que nos habla si lo escuchamos, que nos mima si nos acercamos, que nos muestra su plan de amor si se lo permitimos; y que tiene todo el derecho de pedirnos cosas, actitudes, misión… lo que Él quiera porque como Padre sabe lo mejor y quiere lo mejor para cada uno de sus hijos. Y como hijos debemos responderle con generosidad, ya que debemos agradar al Padre con nuestras obras, como lo hizo María.
¡Qué gracia enorme tenemos en María! La hija que nos muestra e ilumina el camino a los hijos, a cada uno de nosotros, para poder llegar a Dios nuestro Padre. Pero no para llegar referido a la meta última, es decir, no para llegar al encuentro con Dios en el cielo; sino que nos enseña a vivir una vida digna de hijos de Dios, acá en la tierra y todos los días de nuestra existencia.
María no es el modelo termina de cómo llegar al cielo, sino que es el modelo acabadísimo de cómo vivir el cielo; de cómo vivir la paternidad de dios en nuestra vida.
Teniendo en cuenta que el cielo es vivir en la presencia de Dios, cuánto más podrá experimentar el alma el mismo cielo sino cuando vive en comunión con su Padre celestial.
Y esta es la vida de María, esta es la comunión de la Hija con su Padre, la experiencia de cielo. Vivir en la presencia de Dios hace de nuestra vida una vida única, feliz, esplendorosa y totalmente filial como la de María.
Llegar, entonces al cielo, o a la meta no es cuestión que comience con la muerte, de hecho la Iglesia nos enseña que María no conoció ni experimentó en ella la corrupción, María no pasó por la muerte. Entonces, si este fuera el único encuentro de cielo, ¿María dónde estará?
Entonces, como decimos, el cielo es la contemplación de Dios que puede darse todos los días, todo el día. Esa es la meta que nos muestra María Santísima, ese es el cielo que debemos aspirar. La vida eterna se dará por añadidura si vivimos acá la experiencia de Dios.
Y esa es la meta que ella nos enseña con su vida, no el fin último sino el fin primero. El fin último sería la muerte, el fin primero es vivir desde ya la presencia de Dios y en la presencia de Dios, nuestro Padre.
Ir a su encuentro, ir a él, estar con Él, dedicarle su tiempo, devolverle lo que nos da. Escuchar su Palabra, conocer los sentimientos de su corazón que nos expresa en las Sagradas Escrituras, leer todos los días sus cartas de amor que es la Biblia. Leer nuestra vida en esas páginas llenas de amor y donación para sus hijos, recibir tantos consejos que nos llevarán sin dudas a una verdadera vida de cielo, en la casa del Padre. En nuestro corazón que es su casa y proclamaremos la grandeza del Señor y se alegrará nuestro espíritu en Dios, nuestro Salvador porque nos ha mirado con bondad.
Nos ha mirado con bondad y nos hemos dejado ver por su bondad, porque el totalmente nos mira bondadosamente, pero no caemos en la cuenta y no le damos importancia.
María nos llama continuamente a dejarnos mirar con y por la bondad de dios, nuestro Padre, que se fija en el humilde y pone sus ojos en los pequeños, en los que se humillan.
Para practicar en forma personal
* Haz el propósito de leer dedicar durante una semana 10 minutos a la lectura de la Biblia. Conviene seguir los textos de cada día, de esta manera te unes a la oración de toda la Iglesia.
Algunas pistas:
* Lee la lectura un par de veces en silencio.
* Trata de pensar en la época en que el texto fue escrito, para entender mejor qué mensaje contiene (Es bueno leer las introducciones a los diferentes libros que traen la mayoría de las Biblias, así como las notas al pie de página)
* Intenta contestarte la pregunta ¿qué me quiere decir Dios con esto?
* Haz un rato de silencio interior (intenta no pensar sino escuchar, puedes cerrar los ojos, si te ayuda)
* Piensa una intención a la luz del texto, ¿qué le quieres pedir o dar gracias al Señor?
* Busca un compromiso concreto para vivir en el día a la luz del texto. Ofrécelo en la oración.
MELONES SIN SEMILLAS

A don Nemesio le gustaban los melones. Cuando, de visita en un rancho era convidado con un buen melón, no omitía el ritual de pedir semillas de esa variedad a fin de sembrarlas en su chacrita. De esta manera había conseguido no sólo almacenar cuanta especie de melón hubiera aparecido por la zona, sino también conseguir algunas variedades nuevas, gracias a los cruces hechos por él mismo con distintas especies.
Pero como para el que busca nunca faltan motivos de asombro, llegó un día que se topó con algo realmente increíble. Le regalaron un sabroso ejemplar de melón sin semilla. Al principio quedó perplejo. No podía negar que aquello fuera un melón. Y desde el momento que existía, tendría que haber nacido. De ahí a proponerse producir la variedad no hubo más que la distancia de una decisión. Y Nemesio aquel año se propuso destinar toda la superficie de su chacrita a producir esa nueva variedad tan original. Aró todo su terreno, y prolijamente desarraigó de él los rizomas de las gramillas. Con el rastrillo emparejó y desterronó lo arado, y finalmente midió las distancias a fin de ubicar los surcos. De punta a punta trazó las líneas rectas como renglones de un cuaderno.
Cuando tuvo todo preparado, comenzó la verdadera tarea. Colocándose en la cabecera del primer surco, abrió con la punta del pie un pequeño hoyo en la tierra, y metiendo la mano en el bolsón que formaba con el poncho, hizo ademán de sacar algo que simuló colocar delicadamente en el hoyito. Luego se incorporó un poco, y con el borde de la zapatilla volvió a colocar la tierra en su lugar, apisonándola suavemente con la planta del pie. Dos pasos más adelante realizó la misma operación con idéntica meticulosidad, y repitiendo los gestos habituales en la siembra de melones. Sólo que en esta especialísima circunstancia había un detalle omitido: la semilla. Y así recorrió toda la extensión del surco, y de la misma manera la de todos los demás. Una jornada entera le llevó el trabajo. Trabajo prolijamente realizado. Precisión y destreza se derrochaban por igual. Lo único que faltó fue la semilla. Y bastó ese solo detallito para que aquel año Nemesio se quedara sin melones. Porque para conseguir lo que pretendía, Nemesio había ingenuamente creído que se le exigía realizar todo el esfuerzo de la siembra, suprimiendo simplemente aquel elemento.
Cuando recuerdo a Nemesio, siempre me vienen a la memoria aquellos que pretenden conseguir frutos del apostolado realizando un enorme esfuerzo, pero se olvidan de la oración.

PARA COMPARTIR
¿De qué nos habla el relato?
¿Qué hacía Nemesio, el protagonista del cuento? ¿Qué afición tenía?
¿Qué le sucedió en una oportunidad?
¿A qué se dedicó entonces? Recordar los pasos que va señalando el cuento.
¿Qué resultado obtuvo finalmente?
Descubriendo el mensaje
El cuento nos invita a reflexionar la importancia de la oración para la vida y la misión. Y de todo lo que, ayudados por la oración, podemos aportar para el crecimiento de todos (cualidades, virtudes, alegría, etc.)
¿Qué lugar ocupa la oración en nuestra vida personal? Compartir con los demás cómo, cuándo, de qué manera rezamos.
¿Qué lugar ocupa la oración en nuestras prácticas pastorales, en nuestros grupos de misión, catequesis, comunidades…? ¿Cuánto tiempo dedicamos a orar junto con otros, en comunidad, por el apostolado que realizamos?
¿Qué aprendemos para nuestra vida a partir del cuento?
COMUNIDAD DE ALABANZA
“Una Sola alma, Un Solo Corazón”

Comunidad perteneciente a la
FRATERNIDAD CATÓLICA DE COMUNIDADES CARISMÁTICAS DE ALIANZA

¿Qué es LA FRATENIDAD?
El 30 de noviembre de 1990 el Pontificio Consejo para los Laicos otorgó reconocimiento a la Fraternidad, como una asociación privada de fieles. Es una Asociación que agrupa a muchas comunidades con distintos carismas pero con el mismo fin. Es una gran hermandad, es una inmensa familia, donde hay diversidad predominando la COMUNIÓN. La fraternidad reconoce su calidad de miembro de la iglesia católica y su mayor esfuerzo es identificarse con la misión salvifica de la iglesia entera, en COMUNIÓN con el Obispo local y con el SANTO PADRE.

El medio por el cual se estrecha esta Comunión con el Papa es a través del Pontificio Consejo para los Laicos, con su Representante actual: Mons. Estanislao Rylko. La consolidación de lazos entre la Fraternidad y el santo Padre, en la obediencia, expresa con claridad la identidad católica de la Fraternidad.
FINALIDAD DE LA FRATERNIDAD
* Animar y hacer crecer en cada miembro el Espíritu renovado y la vida cristiana comprometida bajo el soplo del Espíritu Santo
* Promover la vida fraterna
* Reafirmar y profundizar el amor a la Iglesia y vivir la Comunión con ella
* Fortalecer el conocimiento de la Doctrina Católica, proclamarla y dar testimonio de fidelidad y obediencia
* Participar activamente de la vida de la Iglesia
* Vida Sacramental
* Evangelización audaz y comprometida
* Ejercicio libre de los Carismas al servicio de la Iglesia
* Buscar la unidad, también con hermanos de otras religiones (ecumenismo)

En esta impresionante realidad se encuentra Participando como miembro pleno nuestra
Comunidad, denominada y reconocida como COMUNIDAD DE ALABANZA, por el SR. ARZOBISPO DE ROSARIO, MONS. EDUARDO MIRÁS en el año 2002.

La Fraternidad nos acepta como
MIEMBROS PLENOS en el año 2006.

Comunidad de fieles que sienten el fuerte llamado a vivir en:COMUNIÓN, SANTIDAD y EVANGELIZACIÓN Guiados e impulsados por el Espíritu Santo, según la Espiritualidad de la Renovación Carismática Católica.
La vida comunitaria y fraterna se nutre de la contemplación y unión a JESÚS-EUCARISTÍA que se “parte y reparte para todos”, formando así una COMUNIDAD-FAMILIA por la unidad y el amor.
Creemos, profesamos y vivimos la Presencia Real, Verdadera y Viva de Jesucristo en el Santísimo Sacramento.
Practicamos, defendemos y proclamamos COMUNIÓN total y perfecta con la Santa Iglesia, con su Magisterio y sus Autoridades. OBEDIENCIA Y FIDELIDAD
Nuestro CARISMA específico es la COMUNIÓN.
FINES:
* Vivir la verdadera Renovación en el Espíritu con la experiencia de Pentecostés, a ejemplo de la Primera Comunidad Cristiana.
* Vivir el Misterio de la Comunión Eclesial

* La propia santificación, siendo dóciles al Espíritu Santo
* La Evangelización del hombre-hermano, con todos los métodos y espiritualidad de la Renovación Carismática Católica
* El servicio a la Iglesia en orden a la ANIMACIÓN ESPIRITUAL

MIEMBROS:
* Bautizados y Confirmados mayores de edad con diferentes estados de vida: solteros/as, casados, viudos/as
* Sacerdotes, Diáconos, Consagrados/as
* Que aspiren a vivir en santidad, deseen comprometerse a vivir este estilo de vida comunitaria

APOSTOLADO:Todo en orden a la Animación Espiritual: Charlas, Retiros, Seminarios, Formación, Oración, Música, etc.