miércoles, 13 de enero de 2010

"amo, Dios mío, tu voluntad"

"En el libro de la Ley está escrito lo que tengo que hacer: yo amo, Dios mío, tu voluntad, y tu ley está en mi corazón".

Sabemos que el Libro de la Ley es el Libro Sagrado de la Palabra de Dios, allí donde Él ha expresado todo y cada cosa que quiere de nosotros y para nuestra felicidad. El libro Santo, la Santa Biblia, la Palabra de Dios, las Sagradas Escrituras, la Voz de Dios. Acercarnos a este Libro es acercanos a escuchar a Dios. A la Biblia no se la lee, sino que se la escucha. Porque la Biblia no es simplemente una recopilación de textos e historias, sino que es la máxima expresión de la voluntad de Dios, es su Palabra, y es esa Palabra que nos visitó y se hizo uno de nosotros, compartiendo nuestra vida y mostrándonos la vida de Dios. Por eso, es para nosotros sumamente necesario tomar conciencia de la necesidad que nuestra vida tiene de reconocer que la Santa Biblia es para nosotros Palabra de vida. Tiene que ser nuestra luz, nuestra guia, nuestra mejor companía, ya que es Dios mismo que expresa su voluntad.
De este reconocimiento podremos decir, como el salmista, "yo amo Dios mio, tu voluntad"... amo la voluntad de Dios porque la conozco y la conozco porque la escucho y la escucho porque la leo con el corazón atento y en un clima de recogimiento, amor y adoración. amo la voluntad de Dios porque la busco día a día en la meditación de su palabra, escuchándolo con atención. amo la voluntad de Dios porque abro mi corazón a su máxima expresión, la recibo y la asumo como propia. Sabemos que nadie puede amar lo que no conoce, por eso, al contemplar la palabra de Dios diariamente iremos amando más y más su santa voluntad.
Y también podremos decir "tu Ley está en mi corazón". La ley de Dios está escrita en el Libro Santo, está en nuestro corazón por su gracia, pero hay que tomar conciencia de que verdaderamente está. Y al amar la voluntad de Dios amamos su ley y le damos el espacio que merece en nuestro corazón y al darle la importancia que verdaderamente tiene nuestra vida camina en santidad.
Esto es, simplemente, ser santos. Reconocer que la palabra de Dios es su voluntad, amar esa voluntad y llevar la ley escrita en nosotros, de esta manera la santidad de nuestra vida será Libro Santo para los demás, diremos con nuestra existencia lo que Dios quiere decir y lo que Él dice en su Palabra. Seremos Biblias vivas que proclamen que la voluntad de Dios es felicidad para el ser humano.