jueves, 6 de noviembre de 2008

Amor, amor, amor, amor… hermanos míos, Dios es amor… “Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él”. Permanecer en Dios, hacer a Dios presente, vivir en la presencia de Dios amando… AMANDO…
Gozo perfecto, a la medida de Dios. Gusto por la unidad y en la unidad. “Nadie ha visto nunca a Dios: si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros. La señal de que permanecemos en él y él permanece en nosotros, es que nos ha comunicado su Espíritu”. Y el Espíritu es amor, Amor del padre y Amor del Hijo. Amor de comunión, amor de Una sola alma y un solo corazón… Comunidad de alabanza…
Alegría de compartir, de encontrarnos. Disfrutar del inmenso don de los hermanos. “Queridos míos, si Dios nos amó tanto, 11 también nosotros debemos amarnos los unos a los otros”. Dios nos amó tanto y ¿Cuánto amamos a Dios en los hermanos? ¿Cuál es nuestro Tanto…?
Paz, quietud, reposo, confianza… el hermano sostenido, soportado por el hermano…”El que dice: «Amo a Dios», y no ama a su hermano, es un mentiroso. ¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve?”. La expresión concreta de amor a Dios es concretamente el amar a los hermanos y amar a Dios en cada uno de ellos.
Es FRATERNIDAD. Crecimiento en el cumplimiento del Mandamiento más importante. Amor… Por sobre todas las cosas y personas, Amor santo, porque es amor de Dios. “Este es el mandamiento que hemos recibido de él: el que ama a Dios debe amar también a su hermano”. ALIANZA NUEVA Y ETERNA. Alianza que cada uno de nosotros nos hemos animado a vivir… ¡¡¡HAGÁMOSLO Y SEAMOS SANTOS!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escrito por Ivana Garramone