sábado, 13 de septiembre de 2008

LECTIO DIVINA

ACTITUD
La Palabra no es magia, no es automática. El hecho de utilizar unos pasos que en sí son medios para el encuentro con el Señor, no significa ni garantiza un encuentro vital. Es verdad, que ella es siempre eficaz, pero no es automática, no es algo mecánico, sino que requiere una disposición, es imprescindible una apertura y una docilidad a la acción del Señor en uno por medio de su Palabra. Siempre va a requerir una respuesta a la manifestación y a la acción de Dios en nuestra vida.
La Lectio Divina y en sí la lectura de la Sagrada Escritura es un adentrarse en el mundo de la gracia, en el mundo de Dios, donde todo es don, donde todo es gratuidad, donde todo es manifestación del Señor, donde nada es debido, sino que todo es expresión de amor.
El encuentro con el Señor por medio de su Palabra es algo vital, es algo renovador y transformador, es acción directa del Espíritu Santo por medio del texto escrito, pero es fundamental una respuesta a esa manifestación, que requiere una correspondencia, al amor preferencial del Señor que se revela por medio de su Palabra. Si de verdad hay encuentro con el Señor nunca, de ninguna manera uno puede salir siendo la misma persona. Eso no, sino que el encuentro lleva a la transformación y esta transformación es respuesta y docilidad a la acción del Señor en uno mismo.
La Lectio Divina es una metodología que busca profundizar el texto bíblico en vista a la vida, que trasciende lo escrito para adentrarse en el mundo de Dios que está como base de toda la Escritura. En sí es una experiencia espiritual con la Biblia haciendo que ella sea Palabra viva de Dios para cada uno de nosotros, por medio de la oración.
Es un modo de asumir la espiritualidad, es tener la Biblia como elemento básico de toda la vida, es hacer de la Palabra escrita el alimento diario para la fe. Es buscar al Señor por medio de la Palabra que se revela en ella, para encontrarlo vivo y presente en el hoy, aquí y ahora.
La Palabra escrita en la Escritura es un medio para el conocimiento y el encuentro con el Señor, de ahí que ella es fuente de vida espiritual tanto personal como comunitaria. En la medida que cada uno tenga familiaridad con la Palabra que se acostumbre a leerla personalmente, a rezarla y a utilizarla como medio para el encuentro vivencial con el Señor, el encuentro comunitario será mucho más rico y profundo, pues será un compartir las experiencias y las riquezas del encuentro con el Señor, a partir de la Palabra.
La Lectio Divina no es simplemente pasos para conocer la Biblia, sino un medio privilegiado para conocer existencial y vivencialmente la Palabra, para hacer de la Escritura el alimento y la vitalidad para la vida de fe.

PASOS
La Lectio Divina busca profundizar el texto de la Biblia por medio de cinco pasos que son consecutivos y concadenados, pues uno está en relación al otro y el anterior da elementos al posterior, llevando a un conocimiento gradual del texto, teniendo diferentes acercamientos al texto escrito, buscando el mensaje que transmite y la actualidad que tiene para nuestra vida, queriendo así hacer vida la propuesta que nos presenta el Señor por medio de su Palabra escrita. De ahí que los pasos de la Lectio Divina son medios que partiendo del texto se busca iluminar y transformar la vida.
Con la Lectio Divina se busca el encuentro personal y vivencial con el Señor, para esto se parte del texto escrito, pero la meta lo es lo escrito, sino Aquel que suscitó la Escritura y que motivó al escritor sagrado a comunicarlo. Esto es gracia y don del Señor, de ahí la necesidad de acercarse al texto de la Biblia con el corazón abierto y disponible para escuchar al Señor y que de esa escucha surja el encuentro vivo y actual con Él, que siempre está presente y es el que nos motiva a conocerlo y amarlo por medio de su Palabra.
En la Lectio Divina se siguen cinco pasos, que son momentos de oración y de búsqueda del Señor, como son: LECTURA. MEDITACIÓN. ORACIÓN. CONTEMPLACIÓN. ACCIÓN. Estos pasos son medios y no fin, de ahí que se los debe seguir como ayudas, pero no ser rígidos en su utilización, esto todo depende de la situación. Como criterio para seguir los pasos, es el ENCUENTRO con el Señor. Siendo así es de considerar que una es la actitud en la oración personal, donde estos pasos se relativizan y se flexibilizan, pues se los utiliza en la medida que ayuden y favorezcan ese encuentro con el Señor. En la oración individual uno debe detenerse en el momento en el que el Señor haya iluminado o inspirado, es ahí donde se debe profundizar y dejarse conducir por el Espíritu; habiendo sentido la presencia o la acción del Señor en uno, ya no es necesario hacer todos los pasos, es simplemente deleitarse de la Palabra o de la inspiración del Señor y quedarse en su presencia siendo transformado por la presencia y la acción del Señor.
En cambio, cuando se realiza la Lectio Divina en grupos, allí es recomendado y aconsejable realizar todos los pasos, para ir formando la mentalidad y el corazón de los participantes, para que partiendo del texto, del compartir las inspiraciones que el Señor suscita y enriquecerse con la sabiduría de la Palabra, que eso ilumine la propia vida y cuestione la manera como se está viviendo, en vista a manifestar con actitudes y gestos concretos aquello que fue reflexionado, rezado y contemplado.
Es de insistir, los pasos, son medios, como también toda la Lectio Divina es medio y no fin, lo mismo que la Biblia en sí misma, ella no es fin, sino medio para el conocimiento de la revelación y de la manifestación del Señor.

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