sábado, 6 de septiembre de 2008

Testimonio

Queridísimos Hermanos: Cómo no escribir estas líneas si fueron pedidas por el Padre Ramón con su aliento firme y convincente; el dulce pedido de la voz melodiosa de la Hna Ivana y con la mirada traspasante pero amorosa de la Hna Julia. Lo difícil, es saber por dónde comenzar. Cuando el Padre Ramón nos invitó a participar de algo que no entendíamos (pero mucho menos entendíamos que un sacerdote nos invitara a ser su hermano en el espíritu), hubo una condición que quedó clarísima desde el principio; todo el crecimiento que podamos lograr a partir de integrar la comunidad, debía ser manifestado en obras. Y si así era, a nuestro juego nos llamaron, porque si hay algo que no podemos dejar de hacer… es HACER. La providencia divina de nuestro amadísimo Dios, nos lleva día a día a poder cumplir con lo que nos pide; y es así que Adriana es catequista de comunión en la parroquia San Martín de Porres, y en la parroquia de Ntra. Sra. de la Merced. (Aunque siempre dice que es el último año que lo hace); y yo, catequista de confirmación y doy las charla pre-bautismales. Además, juntos, damos los talleres para padres de catequesis, una vez al mes, tanto para comunión como para confirmación. El fin de estos talleres es lograr que los padres tengan un ENCUENTRO con el Dios vivo, para acompañar a sus hijos en el crecimiento en la fe, y así, crecer como familia cristiana e ir incorporándolos a la comunidad parroquial. Los domingos, después de misa de 11, llevamos a pasear a dos de los chicos de LA BARCA, (hogar transitorio que funciona en la parroquia, para chicos con problemas). Los dos chicos son hermanos, 8 y 11 años. Como no tenían una alimentación saludable y una educación coherente, el estado se los retiró a los padres hasta tanto se normalice la situación en el hogar. Por ello, muchos colaboran con LA BARCA; nosotros tratamos de darle amor, respeto y comprensión. La relación entre los hermanos es un poco agresiva, pero cuando están con nosotros, para mantener la armonía las reglas son claras, HAY QUE DIALOGAR. Los paseos son a lugares donde poder trepar árboles, remontar barrilete, jugar a la pelota; visitar plazas, plazoletas y placitas. Conocimos la casa de retiro en Funes, el puente Rosario-Victoria, la sala de las banderas del Monumento a la Bandera donde dejaron su firma en el libro de visitas; y aún nos falta, una exposición de ciencias, el planetario e ir a pescar, entre otras. También nos invitaron a participar este año con el equipo de la Escuela para Agentes pastorales, donde participamos preparando un encuentro sobre discípulos y seguidores a la luz del documento de Aparecida.
Todo lo hacemos gracias a la fuerza del Espíritu, y contenidos por la oración de nuestros hermanitos de la comunidad, para la gloria de Dios en el amor al prójimo.
Adriana y Marcelo Javier.

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